martes, 19 de mayo de 2009


POR QUÉ?


Mi Querido Grati:

Una vez más, como en tantas y tantas ocasiones a lo largo de nuestros veinticinco años de amistad fui en busca de esa inyección de energía que me daba conversar contigo. Fui a por ese "venga, que tu puedes con eso y con más", a pedirte el enésimo favor, a recibir el capón que me dabas cuando veías que empezaba a venirme abajo, a devorarme el paquete de kleenex que siempre tenías preparado para mi
Recuerdo aquel día, hace ya un montón de años, yo deshecha en lágrimas, cuando me dijiste: "mátale, luego te pasas por aquí y yo te doy la absolución". ¿Te acuerdas tu? que carcajada solté. ¿De verdad me veías tan desesperada? Menos mal que no te hice caso...
La última vez que nos vimos, cuando estábamos despidiédonos en la puerta de casa con ese cálido abrazo que abría y cerraba todos nuestros encuentros me susurraste al oído: "esta vez me vas a perdonar, hoy no sé que decirte, sólo que estoy aquí, que si se te ocurre algo en lo que yo pueda ayudarte, por favor dímelo"
Fui a decírtelo, pero nuestro común amigo Antonio, con los ojos encharcados, me contó que ya no estabas, me contó como te habías...como" te habían ido".
Necesito pensar que eres feliz allá donde estés y que no vas a olvidarte de mi como nunca te olvidaré yo.

Se me han terminado los kleenex, ya sólo puedo decirte: hasta siempre Grati.

No hay comentarios: